Un artefacto explosivo activado a distancia fue utilizado en el atentado en una cafetería de la plaza Yemaa el Fna de Marraquech. Con una celeridad poco habitual, achacable a las instrucciones del rey, el ministro del Interior, Taieb Charkaoui, ha comparecido ante la comisión parlamentaria que le corresponde y ha desmentido que hubiese sido perpetrado por un terrorista suicida.
La explosión "fue provocada a distancia", ha revelado Charkaoui. La bomba estaba "compuesta de nitrato de amoniaco y de TAPT (peróxido de acetona)" que puede fabricarse con productos de uso doméstico y que los terroristas islamistas utilizaron, por ejemplo, en Londres en 2005. Una pareja holandesa que salió del café Argana de Marraquech minutos antes de la explosión informó a los investigadores que en la mesa de al lado estaba sentado un árabe que llevada dos mochilas voluminosas y escuchaba sonido de un MP3. Creen que salió detrás justo detrás de ellos porque, entre otras cosas, la policía llevó a los turistas al depósito de cadáveres y no le reconocieron entre las víctimas.
Aunque en un vídeo colgado en Internet el 25 de abril AQMI, la rama magrebí de Al Qaeda, amenazó por enésima vez a Marruecos, hasta ahora no ha reivindicado el atentado. El portavoz del Gobierno marroquí ha asegurado que la policía sigue todas las pistas. Los muertos por el sangriento ataque se elevan a 15, según el Ministerio de Interior, y una veintena de heridos. La explosión iba claramente dirigida contra los turistas. Al menos 11 de las víctimas mortales son extranjeras, entre ellas seis francesas, dos canadienes, una holandesa y una israelí.
Pese a que en los primeros momentos se barajó la hipótesis de una explosión accidental, el ministro del Interior confirmó anoche que según las investigaciones, se trató de "un acto terrorista resultante en una fuerte deflagración provocada por un artefacto explosivo". En esta comparecencia, el ministro relató que el autor del ataque había sido un suicida que se introdujo en la cocina de la cafetería Argana para hacerse estallar junto a las bombonas de butano. "Un individuo entró en el café. Pidió un zumo de frutas y minutos después provocó la explosión", comentaba un cliente del establecimiento, que resultó milagrosamente ileso, a la agencia France Presse. Uno de los rumores que se han disparado por Marruecos asegura que podría tratarse de uno de los 148 presos políticos liberados el pasado 14 de abril. Con la nueva comparecencia de Charkaoui esta opción quedaría descartada.
"La investigación para determinar las responsabilidades prosigue, pero por el momento no puedo acusar a nadie", ha declarado Khalid Naciri, ministro de Comunicación y portavoz gubernamental, citado por France Presse. Naciri ha insistido en que las reformas políticas anunciadas por el rey Mohamed VI "no se cuestionarán pese a los intentos de desestabilización". "Estamos comprometidos en un proceso de reforma global, que concierne a todos los sectores", ha dicho el portavoz. "La decisión es firme", ha añadido el ministro.
Las autoridades marroquíes han conseguido identificar hasta el momento a siete de las 15 víctimas mortales, según ha informado el Ministerio del Interior en un comunicado, en el que rectifica informaciones previas que elevaban los fallecidos a 16. Se trata de dos marroquíes, dos franceses, dos canadienses y un holandés. Una fuente del Gobierno francés ha reconocido hoy que seis de los muertos son de esa nacionalidad, aunque el Ministerio de Exteriores se ha negado a confirmarlo, a la espera de verificar sus identidades. Los medios de comunicación de Israel han identificado entre los muertos a una mujer israelí embarazada y a su marido, judío, aunque ni se especifica su nacionalidad. El diario francés Le Figaro ha hablado de una víctima de nacionalidad británica. El Ministerio de Exteriores español ha informado a este diario de que por el momento no hay constancia de víctimas españolas ni entre los fallecidos ni entre los heridos, aunque Carlos María de Lojendio, cónsul español en Casablanca, sigue recabando información de las autoridades locales.
El secretario general del Ministerio de Sanidad, Rahal Makaui, ha informado en el transcurso de una visita al hospital Ibn Tufail de Marraquech, donde han sido ingresadas parte de las víctimas, que ocho ciudadanos franceses, dos marroquíes y una ciudadana holandesa están siendo atendidos de sus heridas en ese centro, informa Efe. Según Makaui, los heridos evolucionan favorablemente. El resto de afectados por la explosión han sido atendidos en el Hospital Militar y en clínicas privadas.
Pese a vivir el mayor atentado desde que en mayo de 2003 una cadena de explosiones matara a 45 personas en Casablanca, Marraquech retoma su pulso un día después. Aunque hay menor trasiego de gente que los días normales, en parte es debido a que es viernes, día de oración, y a la lluvia que cae. La presencia policial en el centro de la ciudad es escasa, y no hay sensación de emergencia o miedo palpable en la calle.
Solo permanece acordonada la cafetería Argana, donde la policía científica prosigue sus investigaciones. Algunos turistas se acercan a la plaza de Yemaa el Fna, que, con sus numerosos cafés y declarada patrimonio de la humanidad, es el principal foco turístico de Marraquech. También decenas de lugareños han acudido a la plaza, donde observan el lugar de la explosión.
Convulsión social
El suceso llega en medio de la convulsión social del mundo árabe, contagiada a Marruecos, y podría tener consecuencias nefastas sobre el ya maltrecho sector turístico. El Gobierno marroquí concedió esta semana una llamativa subida de sueldos y de prestaciones sociales a los funcionarios en un claro intento de apagar las protestas políticas que empezaron el 20 de febrero en sintonía con las revueltas en otros países árabes. El primer ministro Abbas el Fassi cerró un acuerdo con los principales sindicatos que prevé un aumento lineal neto, a partir del 1 de mayo, de 600 dirhams (55 euros) del sueldo de los 610.000 funcionarios marroquíes, el 22,7% analfabetos, según la encuesta pública sobre esa lacra de 2007. Para estos que suelen cobrar los estipendios más bajos (2.000 dirhams mensuales) la subida ronda el 30%.
El Ejecutivo hace gala de generosidad después de que se hayan producido en decenas de ciudades tres grandes jornadas de reivindicaciones políticas y, en menor medida, sociales desde hace algo más de dos meses. La siguiente gran jornada de protestas ha sido convocada para el 1 de mayo.
El rey Mohamed VI presidía un Consejo de Ministros en Fez en el momento del suceso. Al recibir la noticia, ordenó informar de las conclusiones de la investigación "con toda la celeridad y la transparencia requeridas" a los ministros de Interior y Justicia, que se trasladaron a Marraquech. El monarca anunció poco después que los gastos de los funerales correrán a cargo de la casa real.
El rey Juan Carlos, que ayer recibió en el Palacio de la Zarzuela a los seis ministros marroquíes del área económica que comenzaban una visita a Madrid, les transmitió sus condolencias y solidaridad. La ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, que esta mañana ha desayunado con varios de los ministros, ha expresado su convencimiento de que Marruecos seguirá adelante con las reformas pese al atentado, que condenó "rotundamente". El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha condenado el suceso, que ha calificado de acto "odioso, atroz y cobarde".
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